Las rías baixas, más concretamente la ría de Aroua, ha sido el lugar escogido por los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para poner en marcha un nuevo proyecto denominado “Hippocampus”. Este proyecto, pionero a nivel mundial e iniciado en 2006, se puso en marcha para intentar conseguir la repoblación de caballitos de mar.
En el año 2002, la Convención Internacional sobre el Comercio Internacional o Tráfico de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES), incluyó las 34 especies de caballitos existentes en el mundo, en el listado de especies protegidas en inminente peligro de extinción, de ahí la importancia que este proyecto ha despertado en la comunidad científica mundial.
El proyecto está dividido en tres objetivos fundamentales: el primero, el estudio de poblaciones naturales, de las cuales se desconocía prácticamente todo. El segundo, desarrollar técnicas de cría en cautividad que permitan establecer bancos reproductores controlados genéticamente. Y el tercero, el que se puso en marcha en Arousa esta misma semana, el estudio de viabilidad de ejemplares nacidos en cautividad una vez incorporados al medio natural
Miguel Planas, investigador del CSIC en el instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, coordinar del grupo que forma el Equipo Español para la Investigación y Conservación de los Caballitos de Mar, explica: “Al principio haremos un seguimiento muy intenso, sobre todo porque ahora empieza la época de reproducción, lo que nos permitirá conseguir información muy valiosa sobre su madurez sexual y si tienen crías o no”. Además, el estudio permitirá conocer más sobre sus desplazamientos, su tasa de crecimiento o su esperanza de vida.
En nuestro litoral habitan dos de las 34 especies de caballitos de mar existentes: el caballito de mar común (Hippocampus hippocampus) que es el menos abundante, y el conocido como caballito de mar narizón (Hippocampus guttulatus), precisamente de este último son los diez ejemplares liberados en aguas arousanas. Los caballitos genéticamente seleccionados a fin de no alterar la diversidad genética de la población de la zona, van equipados con unos marcadores subcutáneos que permitirán un seguimiento que se prolongará, al menos un año.
El proyecto, financiado por la Xunta de Galicia y el ministerio de Educación y Ciencia y coordinado por el CSIC, cuenta además con la participación de la Universidad de Santiago de Compostela y el instituto Canario de Ciencias Marinas.
Si quieres saber más sobre este proyecto
Si quieres más información, mira el siguiente vídeo
En el año 2002, la Convención Internacional sobre el Comercio Internacional o Tráfico de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES), incluyó las 34 especies de caballitos existentes en el mundo, en el listado de especies protegidas en inminente peligro de extinción, de ahí la importancia que este proyecto ha despertado en la comunidad científica mundial.
El proyecto está dividido en tres objetivos fundamentales: el primero, el estudio de poblaciones naturales, de las cuales se desconocía prácticamente todo. El segundo, desarrollar técnicas de cría en cautividad que permitan establecer bancos reproductores controlados genéticamente. Y el tercero, el que se puso en marcha en Arousa esta misma semana, el estudio de viabilidad de ejemplares nacidos en cautividad una vez incorporados al medio natural
Miguel Planas, investigador del CSIC en el instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, coordinar del grupo que forma el Equipo Español para la Investigación y Conservación de los Caballitos de Mar, explica: “Al principio haremos un seguimiento muy intenso, sobre todo porque ahora empieza la época de reproducción, lo que nos permitirá conseguir información muy valiosa sobre su madurez sexual y si tienen crías o no”. Además, el estudio permitirá conocer más sobre sus desplazamientos, su tasa de crecimiento o su esperanza de vida.
En nuestro litoral habitan dos de las 34 especies de caballitos de mar existentes: el caballito de mar común (Hippocampus hippocampus) que es el menos abundante, y el conocido como caballito de mar narizón (Hippocampus guttulatus), precisamente de este último son los diez ejemplares liberados en aguas arousanas. Los caballitos genéticamente seleccionados a fin de no alterar la diversidad genética de la población de la zona, van equipados con unos marcadores subcutáneos que permitirán un seguimiento que se prolongará, al menos un año.
El proyecto, financiado por la Xunta de Galicia y el ministerio de Educación y Ciencia y coordinado por el CSIC, cuenta además con la participación de la Universidad de Santiago de Compostela y el instituto Canario de Ciencias Marinas.
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